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viernes, 10 de junio de 2011

100 años de historia de los partidos

100 años de historia de los partidos

Publicado en Milenio de León.

Hoy día se presenta mi libro “Cien años de historia de los partidos políticos en Guanajuato”, bajo el sello editorial del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG), y con los comentarios de mi colega Leonardo Valdés Zurita, consejero presidente del Instituto Federal Electoral. La presentación tendrá lugar en el Auditorio General de la Universidad de Guanajuato, en su edificio central en Guanajuato capital. El evento comenzará a las 17:00, y el IEEG obsequiará un ejemplar del libro a cada persona que se registre en el vestíbulo. Al final de la presentación se desarrollará una mesa de discusión con la participación de líderes nacionales de los partidos, que debatirán sobre su oferta política de cara a las elecciones de julio del año próximo. El investigador de la UNAM Lorenzo Córdova Vianello moderará esta mesa. Finalmente fue el periodista Arnoldo Cuéllar Ornelas quien moderó la mesa con los líderes políticos.
El libro de mi autoría tiene ya una vieja historia propia: algunas de sus secciones fueron parte de mi tesis de doctorado, que defendí en 1997 en el CIESAS de Guadalajara. En 1998 el IEEG publicó el libro “Orígenes y Evolución de los Partidos Políticos en el Estado de Guanajuato”, y en 2008 la “Reseña Histórica de los Partidos Políticos en Guanajuato”. El primero fue una versión tijereteada de mi tesis, que nunca me satisfizo pues se integró con el más puro sistema de “tijera y engrudo” por parte de un trabajador del instituto, que por poco me birla mis créditos autorales. Afortunadamente el doctor José Ángel Córdova Villalobos, entonces presidente del IEEG, corrigió a tiempo el desaguisado y el libro salió bajo mi nombre.
El año pasado la Comisión para el Fortalecimiento del Régimen de Partidos Políticos del IEEG, bajo la presidencia del doctor Santiago Hernández Ornelas y la secretaría del licenciado Álvaro Chávez López, me convocó a retomar el texto, pulirlo y actualizarlo con la información más reciente de los partidos políticos, en particular los que se han unido al concierto político en las últimas dos décadas. Así lo hice durante intensos ocho meses de ese año, durante los cuales pude entrevistar a una docena de líderes de todos los partidos, actualizar la información, mejorar la estructura y la presentación del texto, hasta generar un documento del que me siento muy orgulloso, así como agradecido con el IEEG y la comisión mencionada.

Afirmo en el libro que desde hace mucho tiempo en Guanajuato se ha practicado una política sofisticada, alérgica en general a los métodos violentos y cerriles que abundan en latitudes más sureñas o norteñas. Con algo de humor cínico se afirma que los guanajuatenses de todos los colores gustan de la política “florentina”: cortés, hermética y ladina. Ni violenta ni pedestre, pero sí marrullera y retorcida. Ejercer la política en Guanajuato requiere malicia, preciosismo, doble lenguaje y semblante de jugador de póker. Y nunca sobra un poco de cultura y estudios, en particular de derecho o administración. Como en el resto del país, la “ronda de las generaciones” de la política ha impuesto ritmos de cambio que transformaron en estos últimos cien años las maneras de competir por el poder: primero por la fuerza de las armas, luego por la fuerza del partido, más adelante por la fuerza de la movilización y la capacidad de chantaje, hasta arribar a la fuerza electoral y de atracción de sufragios. Hoy día también cuenta mucho la fuerza del dinero, la presencia en medios, el desgaste en el gobierno y la renovación de la esperanza. Todo ello sin importar el partido del que se trate.
La larga tradición de partidos y movimientos conservadores o de franca derecha en la entidad, contrasta con la escasez y flaqueza de las corrientes sociales progresistas o de izquierda. Entre ambos paradigmas ideológicos se movieron los cenáculos autodenominados “revolucionarios”, que conformaron la tendencia oficialista (PNR-PRM-PRI) y que durante décadas compitieron entre sí bajo las banderas de los grupos “verde” (obregonistas primero y cardenistas después) y “rojo” (laboristas y callistas). Décadas de confrontaciones, que comenzaron en 1920 y terminarían medio siglo después (se dice que con el “verde” Torres Landa en 1961, con el “rojo” Moreno en 1967 o con el incoloro Ducoing en 1973), le dieron sabor y color a la política maquiavélica guanajuatense. Competencia que sólo recobraría intensidad con los “colorados” del PDM en los ochenta y los “azules” del PAN en los noventa.
Rica es sin duda la historia política del siglo XX en Guanajuato. Mi libro, a pesar de su amplitud, sólo rasguña la superficie de un periodo que merece ser más trabajado por todo un equipo de historiadores. Estoy seguro de que pronto me acompañarán en la aventura los jóvenes cronistas de los partidos que están surgiendo ante la urgencia de rescatar la memoria de nuestros institutos políticos. Te invito a que nos acompañes, al menos en esta presentación formal.

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