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viernes, 24 de septiembre de 2021

Violencia y terror

Violencia y terror

Por: © Luis Miguel Rionda ©

Publicado en:
ZonaFranca.mx Milenio León
https://15diario.com
eslocotidiano.com

La violencia criminal tiene secuestrado al estado de Guanajuato desde hace casi una década. Esta era una entidad con una larga tradición de tranquilidad social, donde incluso la Revolución y la Guerra Cristera no alteraron en demasía la convivencia comunitaria, con excepcionales episodios violentos que no se convirtieron en normalidad o recurrencia en el tiempo.

Hoy experimentamos un ambiente de terror social, motivado por ataques recurrentes entre las organizaciones criminales que buscan el control territorial de un estado que genera el 6% del PIB nacional, y que ha desarrollado un sistema muy funcional de ciudades medias de gran dinamismo. Esos cárteles delictivos ya no buscan el control de la producción y circulación de drogas enervantes entre los puntos de producción y los de consumo internacional. Ese mercado se ha reconfigurado, y los profesionales del crimen han reorientado sus objetivos a las actividades económicas de las sociedades locales. Resulta que se han reinventado como un Estado dentro del Estado, e imponen su propio sistema contributivo a los negociantes honestos, que hoy deben pagar por “protección” y derecho de piso. Esto ante la mirada atónita, impotente o cómplice de las autoridades legalmente constituidas.

El artero ataque perpetrado contra los dueños del restaurante Barra 1604 de la sufrida ciudad de Salamanca, Guanajuato, el pasado domingo 19 de septiembre, es sólo uno de los centenares de episodios de violencia que se desarrollan semana a semana en nuestra entidad. Hice el experimento de buscar los términos “ataque armado salamanca” en Google, y obtuve docenas de resultados para los años 2021, 2020 y 2019. Un volumen pavoroso de actos violentos entre los miembros de esos sicariatos, pero más aterrador cuando son dirigidos contra la sociedad civil, que usualmente es víctima inocente de los malandrines que buscan vampirizarla.

Pero resulta que ahora matan a bombazos cobardes y teledirigidos, victimando además a trabajadores honestos que se dedican a las entregas domiciliarias, un espléndido servicio social. Estoy convencido de que este nuevo tipo de ataque inaugura una nueva era en el clima generalizado de miedo comunitario. Estoy de acuerdo en que no es terrorismo, pues no se cumplen las condiciones formales: no hay motivaciones políticas, étnicas, raciales, religiosas, nacionalistas o reivindicativas, ni se ataca a objetivos indefinidos, buscando generar miedos irracionales. Fue, por lo contrario, un ataque dirigido a un objetivo concreto: los dueños del negocio. Es sencillamente un asesinato a sangre fría, premeditado y cobarde.

Se ha anunciado que la fiscalía del estado ha capturado a los presuntos autores, apenas a las 72 horas del crimen. Ojalá que en efecto se haya desplegado una investigación profesional, sin las presiones de la opinión mediática. Temo que el clima político actual no favorece un procedimiento ecuánime y sensato. Vemos cómo la federación presiona al estado para mudar la conducción de esa fiscalía, y esa coyuntura no ayuda a la procuración de justicia.

Es importante que los ciudadanos y las autoridades no nos dejemos amedrentar por la brutalidad de los criminales organizados. Como nunca, es urgente invertir recursos y talento en la construcción de estrategias efectivas de prevención y combate, sin el contaminante del discurso electorero de la clase política, más interesada en su continuidad en el poder. Es tarea para los técnicos criminalistas, los forenses de la violencia y la policía de investigación, no de los palabreros.


viernes, 17 de septiembre de 2021

Patrimonio cultural en riesgo, de nuevo

Patrimonio cultural en riesgo, de nuevo

Por: © Luis Miguel Rionda ©

Publicado en:
ZonaFranca.mx Milenio León
https://15diario.com/diario-de-campo-patrimonio-cultural-en-riesgo-de-nuevo-luis-miguel-rionda.html
eslocotidiano.com

La identidad cultural de los pueblos y naciones se concreta mediante símbolos materiales que, por razones con frecuencia accidentales, son vinculados con los mitos de origen de una comunidad específica de personas. Son elementos totémicos que el inconsciente colectivo asocia con una imagen de sí mismos, siempre especial y grandilocuente. Un ejemplo son los llamados símbolos patrios, en particular el escudo nacional con el águila y la serpiente, que hace referencia directa al mito de origen de la fundación de Meshíko-Tenochtítlan.

En la ciudad de Guanajuato no somos indiferentes a esta necesidad identitaria. Tenemos símbolos muy preciados, como nuestra peculiar imagen urbana, nuestros edificios históricos –como la Alhóndiga de Granaditas–, el festival cervantino, la universidad y otros. Pero hay uno que destaca entre todos: el depósito de cuerpos áridos naturales que descansa en el panteón civil de Santa Paula, mejor conocido como Las Momias de Guanajuato. Hoy dignas habitantes del segundo museo más visitado del país.

Como símbolo de identidad, las Momias son un elemento muy delicado del imaginario colectivo de los 170 mil guanajuateños que habitan el municipio capital. Por ello es de enorme importancia que los gobernantes asuman un especial cuidado y respeto cuando toman decisiones que pueden afectar la esencia de este distintivo.

En 2010 un gobierno municipal tuvo la ocurrencia de impulsar un proyecto de crecimiento urbano que habría alterado el entorno de otro símbolo local: el cerro de La Bufa. La aventura terminó mal para ese ayuntamiento, que debió recular ante la fuerza de la reacción social que se opuso a ese despropósito, que concluyó con un plebiscito en el que 84% de los consultados le dijeron No al proyecto, que se había presentado como una gran alternativa para impulsar el desarrollo económico local.

La actual administración municipal insiste en la idea de construir un nuevo museo para albergar los 123 cuerpos áridos. Para ello ha obtenido la autorización de la legislatura local saliente para endeudar el municipio con más de 70 millones de pesos, y con ello financiar un adefesio moderno en el que se puedan recibir más visitantes y reforzar así la precaria economía del gobierno local, como ineficiente recaudador que es.

Se trata sin duda de una nueva agresión a la identidad cultural de esta sufrida ciudad, siempre víctima de las ocurrencias de los demagogos del desarrollismo. Como referente cultural, las Momias pertenecen a un contexto físico e histórico específico. Es por ello que su actual ubicación, como museo de sitio, es la mejor locación posible. Sólo requiere su dignificación permanente, acorde con su importancia histórica e identitaria.

Estoy seguro de que el nuevo edificio vendrá acompañado de una visión banal, mercantilizada y morbosa sobre este repositorio de restos humanos, que la fortuna quiso que se preservaran como un registro de una humanidad de tiempos idos. Me temo que se integre un museo de espantos, a la manera de los parques temáticos gringos, sin ningún respeto para el trasfondo cultural de estos cuerpos. Ya se han dado muestras de esta concepción mercantil con su abusiva exhibición en ferias comerciales. La indignidad es evidente en casos como la momia femenina a la que pasean en una jaula rodeada de cadenas, a la que le han apodado “la bruja”. Esta suerte es la que les espera en el nuevo espacio, que seguramente se aderezará con recursos de iluminación y sonido que refuercen la experiencia “espeluznante” que buscan los turistas zafios.

La sociedad organizada local ha reaccionado de manera crítica, y se ha manifestado de manera física y virtual contra esta nueva ocurrencia. Es triste constatar la regularidad con la que gobernantes provincianos con mentalidad pseudo empresarial intentan monetizar los íconos de la cultura comunitaria. Pero en su pecado llevarán la penitencia. Al tiempo.




viernes, 10 de septiembre de 2021

Humanidad y libertades: el aborto

Humanidad y libertades: el aborto

Por: © Luis Miguel Rionda ©

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ZonaFranca.mx Milenio León
http://15diario.com/hemeroteca/15diario/hemeroteca/2013-11-15/rionda15.html
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La reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la no punibilidad del aborto —una acción que está definida en muchas legislaciones del país como un delito equiparable al homicidio— sin importar las circunstancias, es un enorme paso hacia la ampliación de los derechos humanos y el reconocimiento del libre albedrío de las mujeres sobre su cuerpo y su capacidad de gestación.

El tema del aborto es un asunto espinoso y polarizante. En términos geológicos y políticos es un “clivaje”: una fisura que fácilmente puede convertirse en quiebre profundo del conjunto mayor, como cuando un minero localiza una pequeña grieta en una gran roca, y mediante una barreta y una fuerza somera logra rajarla.

Es un tema escabroso porque tañe los hilos profundos de la convicción religiosa de la mayoría de las personas. Las grandes religiones del mundo han tejido mitologías y ritualidades que se basan en una creencia metafísica: la raíz divina de la humanidad, que se expresa en una entidad difusa e inasible, que los cristianos denominan “alma”.

Las grandes religiones imponen la convicción de que el alma define lo humano. De esta manera separan al Hombre —con su agregado subordinado, la Mujer— del resto de los animales y de “la creación”. La singularidad del ente humano es infundida por la divinidad, que ordena que el componente biológico —el cuerpo— sea el recipiente de la sustancia etérea, celestial y eterna: el “alma”.

En su origen etimológico, el concepto procede del latín anima, movimiento. El movimiento separa lo vivo de lo no vivo, según Aristóteles. Con este sentido podríamos esperar que todos los animales y las plantas tengan alma. Pero el pensamiento cristiano tomista delimitó la noción al “alma espiritual”, que posee conciencia y noción de sí, a diferencia del resto de los animales y plantas. Pero, además, el alma espiritual es insuflada directamente por Dios a su creación privilegiada: el Hombre —nuevamente en masculino.

Esto es lo que sustenta la creencia de que un cigoto humano, una célula producto de la fusión entre un óvulo y un espermatozoide, es una entidad portadora de “alma”. Por eso puede ser considerada como una persona, con derechos humanos plenos. La lógica de este razonamiento puede ser definitiva si partimos del reconocimiento de esa entidad metafísica, y no hay discusión posible. Pero si optamos por un sistema de conocimiento diferente, el de la tradición objetivo-científica, el resultado es el contrario: no hay evidencia de que la calidad de “humano” esté determinada por una voluntad etérea o supranatural.

Somos seres biológicos, con la única característica particular de que hemos desarrollado al extremo nuestras capacidades de abstracción del pensamiento. Pero estas cualidades no se heredan, sino que se desarrollan mediante un largo proceso de socialización y educación. Esto es lo que nos hace realmente “humanos”, no la biología o la metafísica.

El aborto voluntario debe dejar de ser un factor de fanatismos y de discordia social. Nuestra tradición machista nos ha conducido al absurdo de criminalizar a las mujeres por disponer de sus cuerpos y sus capacidades reproductivas. Los hombres sí lo hacemos, y si nos practicamos la vasectomía no somos acusados de asesinar a millones de potenciales seres humanos.

La descriminalización del aborto en todas sus modalidades es un gran paso adelante para construir una sociedad más abierta, donde la “mitad mayoritaria” de sus miembros deje de ser perseguida por optar sobre su cuerpo. Una libertad que sí nos hace humanos.


viernes, 3 de septiembre de 2021

Informe autoritario

Informe autoritario

Por: © Luis Miguel Rionda ©

Publicado en:
Milenio León
eslocotidiano.com

El tercer informe presidencial de Andrés Manuel López Obrador fue la nota de la semana. En teoría, este ejercicio de rendición de cuentas debe servir para que el titular del ejecutivo “manifieste el estado general que guarda la administración pública del país” ante el Congreso de la Unión, según el artículo 69 de la constitución mexicana.

Sin embargo, el ejercicio ha perdido sustancia, al menos en su expresión oral —el llamado “mensaje político”—, que hoy parece más una retahíla de post verdades que muy poco aporta a la comprensión de la sustancia del proyecto de gobierno. Este tercer informe reiteró esta tendencia hacia la vacuidad ceremonial, con mensajes dirigidos a la feligresía y a la evangelización de los conversos. La 4T se habló a sí misma, y reiteró un triunfalismo que no se sustenta en los hechos duros de la realidad aviesa.

Comenzó con una declaración lanzada sin anestesia y sin respeto a la sintaxis: “La transformación está en marcha y, aunque es necesario seguir poniendo al descubierto la gran farsa neoliberal y auspiciando el cambio de mentalidad [sic] del pueblo, porque eso es lo más cercano a lo esencial y a lo irreversible [sic].” Me alarma que una administración federal, por más legítima que sea, pretenda auspiciar un “cambio de mentalidad” en sus electores, y que dicho cambio sea “irreversible”. Me pareció evidente el paralelismo con las convicciones autoritarias de las revoluciones radicales que, para mantenerse en el poder, buscan “reeducar” al pueblo, develándole la verdad única, evangélica y salvadora. Recordé la revolución cultural china y su enorme costo humano, los gulag soviéticos y sus lavados de cerebro, la reeducación castrista en la Cuba de los sesenta (“Con la Revolución todo, contra la Revolución nada”), y la educación socialista de Calles en México, definida en su “grito de Guadalajara” del 20 de julio de 1934, cuando afirmó que “debemos entrar y apoderarnos de las conciencias de la niñez, de las conciencias de la juventud, porque son y deben pertenecer a la Revolución.”

“¡Tengan para que aprendan!”, fue el mensaje del presidente hacia el resto de los mexicanos amontonados en las etiquetas presidenciales: fifís, conservadores, neoliberales, aspiracionistas, clasemedieros, hipócritas, vendidos, calderonistas, apátridas, etcétera. Su discurso no fue el de un estadista, sino el de un rijoso e iluminado líder de secta ideológica, más preocupado por afianzar su lugar en la historia y no en el futuro. Reafirmó sus vocaciones estatistas, monopólicas y parroquianas, más propias de su admirado “desarrollo estabilizador” nacionalista de los años cincuenta y sesenta, y el populismo revolucionario de los setenta. Un México que ya no existe en un entorno mundial “post-neoliberal”.

Thomas Piketty explica en su interesante texto El capital del siglo XXI, que hoy día las desigualdades deben ser combatidas mediante políticas fiscales y de desarrollo de alcance global, y no mediante transferencias y subsidios que perpetúan la dependencia.

En cambio, AMLO presumió que “el 70 por ciento de los hogares de México está inscrito en cuando menos un Programa de Bienestar o se beneficia de alguna manera del presupuesto nacional”. Me alarma esta percepción paternalista, que ilustró bien en la mañanera del 29 de abril de 2019 cuando comparó sus programas sociales con la protección a los “animalitos” domésticos, que han perdido su capacidad de alimentarse. 

Una visión miope de caridad cristiana, que busca “la gran satisfacción que produce a cualquier ser humano de buenos sentimientos el llevar a la práctica el principio fundamental del amor al prójimo y el servicio a los semejantes.”

Pero nada es irreversible en la política, sobre todo en democracia. La sabiduría reside en corregir a tiempo los errores de los pretendidos iluminati.