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viernes, 28 de marzo de 2008

Razones para preocuparse

Los asuetos de la semana santa y pascua tienen la ventaja de distraer momentáneamente al gran público de los asuntos más álgidos de la convivencia política. Sin embargo este periodo en particular tuvo dos sucesos que impidieron la plena holganza de la temporada vacacional: las elecciones internas del PRD y la inminencia de la reforma energética. Aunque muchos hayamos querido “desconectarnos” del mundanal ruido de la política, para poder disfrutar la paz del ocio y la convivencia con la familia, en la práctica esto fue imposible. Los mexicanos somos duchos en echarnos a perder mutuamente la tranquilidad, por muy temporal que esta sea.
Las elecciones internas del PRD nos llaman a una necesaria reflexión sobre la urgencia de que los agentes de la política aprendan de una vez por todas a respetar las reglas acordadas mutuamente. No será posible construir jamás una convivencia armónica y racional entre los mexicanos, si no aprendemos a honrar la palabra dada, en particular aquélla que nos comprometió a respetar las reglas del contrato social. No es posible continuar por el camino de las desavenencias interminables y enconadas, plagadas de necedad y sandeces inútiles, pues con el tiempo se irá mermando la legitimidad que tan precariamente le hemos dado a nuestra joven democracia. Es por eso que hoy en día se percibe una creciente desilusión entre nuestros jóvenes –los que no vivieron bajo el viejo régimen autoritario- hacia la legalidad y el respeto a la ley. Además, las broncas políticas se están sumando a la situación de guerra que en los hechos estamos viviendo, debida al combate al crimen organizado. Los políticos camorreros y tramposos le están haciendo gran parte de la tarea que requieren los criminales armados para ganarle la guerra al Estado.
En el PRD se está viviendo una crisis de enormes dimensiones, con consecuencias que son todavía imprevisibles. Y si agregamos la crisis del partido Alternativa Socialdemócrata, podemos sacar la conclusión que la situación afecta a toda la izquierda organizada del país, o a casi toda. Es lamentable. Los opinadores de todas las ideologías están coincidiendo en una verdad incuestionable: México necesita de una izquierda modernizada, con vocación de poder y talento para ejercerlo en bien de todos, incluidos sus adversarios. Una izquierda institucional, aunque los radicales se burlen de este término y lo equiparen al apellido del PRI. Estoy convenció de que respeto a las instituciones que dan cobijo a la democracia es una condición ineludible para garantizar la calidad de la convivencia política. Las leyes y las normas son las columnas del edificio republicano. Si dinamitamos las reglas y privilegiamos los intereses de las sectas partidistas estaremos cavando la tumba de la democracia, e incubando nuevamente el huevo de la serpiente autoritaria. Ojalá los perredistas puedan poner por delante el cuidado de la armonía interna, y que aprendan pronto a respetarse mutuamente y con ello honrando su vocación progresista, que demanda el ejercicio de la tolerancia y la aceptación del contrario. Recuerden la defensa que hizo el presidente español Rodríguez Zapatero de la dignidad de su antecesor Aznar frente a las diatribas de Chávez, que evidenció la institucionalidad de la izquierda española.
Por otra parte, el gobierno de Felipe Calderón ha venido preparando el terreno para una reforma energética que por desconocida está levantando polvaredas inútiles. La secrecía con la que se ha llevado el proceso de negociación, particularmente entre el PAN y el PRI, hace temer lo peor. Los agentes del gobierno no se cansan de repetir que no habrá privatización, pero tampoco se preocupan mucho por definir cuál es la vía alterna. Y los mexicanos conocemos bien las malas mañas de nuestros gobernantes: son maestros de la simulación y expertos convenencieros en cambiarle el nombre a las cosas. No veo que se propicie un debate abierto y franco para encontrar alternativas para PEMEX, Luz y Fuerza del Centro, y la propia CFE. Son demasiados nudos gordianos que posiblemente quieran ser soltados mediante un mismo golpe de espada. Pero, ¿será prudente hacerlo así, sin debatirlo con franqueza? Pareciera más bien que se impondrá una salida impuesta por la tecnocracia: un golpe de mano que, a la manera de la militarización de la lucha contra el crimen organizado, ponga en evidencia el autoritarismo “educorado” de la administración federal.
Los fines no justifican los medios. Ni el gobierno federal, ni sus rivales políticos de izquierda, tienen derecho de violentar las reglas de la convivencia racional mediante la cerrazón y la imposición. Hay razones para estar preocupados.

viernes, 14 de marzo de 2008

Isauro Rionda Arreguín


El honorable ayuntamiento de Guanajuato capital otorga año con año el reconocimiento al “Guanajuatense distinguido”. Se entrega hoy, el día más significativo para la identidad cuevanense: la festividad de la Virgen de los Dolores y su muy hermosa romería de las flores. En esta ocasión el galardón fue asignado a un destacado trío de personajes de fuste: el llorado maestro Armando Olivares Carrillo, destacado intelectual, literato, orador y político, fallecido hace casi medio siglo; la maestra Teresa Pomar Aguilar, quien con toda seguridad es la más destacada experta en artes populares en nuestro país –y con quien tuve el gusto de colaborar hace más de 20 años en el estudio del arte popular guanajuatense , y el cronista vitalicio de esta ciudad, el maestro Isauro Rionda Arreguín, mi padre.
Esta distinción fue iniciada por el primer cuerpo edilicio que presidió Arnulfo Vázquez Nieto en 1995. Fue precisamente el maestro Isauro Rionda quien, en su calidad de primer regidor de ese ayuntamiento, promovió la institución de este justo reconocimiento a los mejores hijos de esta ciudad. Desde entonces una veintena o más de cuevanenses han sido honrados con esa deferencia comunal. Desgraciadamente el propio fundador del galardón no había sido distinguido, hasta ahora, con el mismo. A los miembros de la familia se nos confirmaba el dicho de que nadie es profeta en tierra propia. Esto fue evidente cuando el honorable ayuntamiento de Silao, su ciudad natal, determinó homenajearlo el 3 de mayo del 2000 asignándole a la casa de la cultura de esa ciudad el nombre “Isauro Rionda Arreguín”. Más adelante, el 3 de junio de 2004, la LIX legislatura del Congreso del Estado le otorgó el Premio Estatal al Trabajo y Servicio Civil. Lo más cercano a la dignidad de “Guanajuatense distinguido” lo obtuvo cuando el ayuntamiento que presidió el arquitecto Rafael Villagómez acordó –por unaminidad otorgarle el “Reconocimiento Don Miguel Hidalgo y Costilla, Padre de la Patria”, el 30 de mayo del 2003.

En fin, que se tardaron los ediles cuevanenses en reconocer más de cincuenta años de servicio comunitario, pero lo hicieron al fin. Por ello es de justicia agradecer la deferencia a nombre de mi padre, del mío propio y de nuestra familia. Concordamos con el comentario que hizo uno de los regidores renuentes: “guanajuatenses distinguidos somos todos”. En efecto sí lo somos. Pero nobleza obliga a reconocer el esfuerzo honrado, la sabiduría acumulada y el cariño activo hacia esta ciudad. No todos hemos aportado lo mismo a su engrandecimiento.
Don Isauro tiene una amplísima trayectoria en el servicio social y comunitario, la promoción cultural y el cultivo del conocimiento histórico de avanzada. No voy a abusar de la paciencia de los amables lectores recetándoles un resumen de su currículum. Mejor invito a los curiosos a consultar la semblanza que publiqué en la Wikipedia, donde quise poner en evidencia la riqueza de una vida comprometida con el servicio a los demás. Mi padre, como hombre con un carácter definido, siempre ha provocado en los que lo conocen reacciones encontradas: hay muchos que lo admiran y adoran, pero existen los que le vituperan y abominan. Lo que es seguro es que nadie puede ser indiferente ante su presencia poderosa. Por eso no me sorprende la reacción que provocó entre algunos miembros del ayuntamiento. Lo que sí me sorprendió es que la resistencia haya provenido de ediles de partidos que se dicen liberales y progresistas, ya que mi padre es sin duda un hombre liberal y progresista, de izquierda incluso. Sólo me explico este raro fenómeno por la ignorancia individual de los perpetradores.
Pero los Rionda estamos muy contentos con este reconocimiento. Gozamos del placer de confirmarnos trascendentes dentro de nuestra comunidad. El maestro Isauro recibe una inyección de vitalidad a sus bien vividos 73 años, y este “cariñito” de parte de su ciudad nos lo dejará con cuerda para seguir produciendo y sirviendo por muchos años más. Agradecemos al doctor Eduardo Romero Hicks y a la doctora Teresita Rendón Huerta Barrera por su sensibilidad y buen juicio. Guanajuato es una ciudad de rancios linajes de hombres y mujeres de bien, y los Romero, los Rendón y los Rionda somos parte de esos “guanajuatenses distinguidos”. Aunque a algunos les pese.

viernes, 7 de marzo de 2008

Nuevos desafíos electorales

La Comisión de Asuntos Electorales del Congreso del Estado ha propuesto una apretada agenda para sacar adelante las reformas necesarias –y obligatorias- que demanda el código estatal electoral –conocido por sus siglas como CIPEEG-, ante los recientes cambios en la normatividad federal tanto en la Constitución General de la República como en la ley reglamentaria –el COFIPE-. Las reformas locales representan un considerable reto para su adecuación a las nuevas circunstancias. Consideremos tan solo las facultades ampliadas del Instituto Federal Electoral, la restricción de tiempos y recursos a las campañas partidistas, el uso de los tiempos oficiales para acceso a los medios electrónicos, así como su fiscalización y monitoreo, y un etcétera que no deja de ser importante. La reforma federal, si bien se quedó corta en muchos temas, fue sumamente importante para redefinir las nuevas condiciones de la competencia política dentro de mejores condiciones para la equidad, una mayor racionalidad en el uso de tiempos y recursos, y el incremento de la calidad del discurso político. Es bien sabido que se dará una reducción del financiamiento público destinado a las campañas electorales; una nueva forma de calcular el mismo, más la facultad exclusiva del Instituto para realizar la contratación de propaganda en radio y televisión.
Pero de poco servirá este esfuerzo de calibre nacional si las normas locales no se adecuan a las nuevas circunstancias. Yo tuvimos el mal ejemplo del estado de Guerrero, donde su legislatura malinterpretó las nuevas disposiciones oficiales sobre el acceso a medios de comunicación y le dio facultades indebidas al órgano electoral local para definir su distribución entre los partidos políticos en los comicios locales. La Suprema Corte ya determinó que es una facultad exclusiva del IFE. Por lo tanto, las autoridades locales deben establecer convenios con ese instituto para poder garantizar dicho acceso a medios para los contendientes partidistas locales. Además, es esperable que se les demande coadyuvar en el monitoreo del uso efectivo de esos recursos, que se convertirá en el nuevo y enorme reto tecnológico para el IFE y los institutos locales. Tan grande es este desafío que el IFE está preparando una sustancial ampliación de sus áreas técnicas dentro de la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos, que posibiliten este necesario monitoreo. También planea el IFE involucrar a las universidades públicas y privadas del país en la enorme tarea de monitorear el acceso efectivo de partidos, candidatos y terceros a mensajes en dichos medios de comunicación. A partir de ahora habrá que dar seguimiento a más de 2 mil 600 procesos municipales, mil 137 campañas de diputados locales –de mayoría y de representación proporcional-, 500 de diputados federales, 128 senadores, 32 gobernadores y un presidente de la República. En suma, es un buen montón de campañas proselitistas, en las que siempre estará presente la tentación de violar la ley y hacer uso de mensajes “por afuerita” del control del IFE. La prueba más cercana de esta “natural” actitud abusiva por parte de partidos y candidatos lo tuvimos con los 281 mil mensajes no reportados por los partidos en el proceso federal del 2006. ¡Todos hicieron trampa! Y no será diferente en el futuro, pues la política es cosa de humanos. Sólo la vigilancia por parte de la ciudadanía y la autoridad electoral podrá contener estas fullerías.
Entretanto hay que impulsar a nivel local una actitud proactiva y preventiva dentro de la normatividad electoral. No es suficiente hacer las adecuaciones mínimas a la constitución estatal y al CIPEEG: hay que introducir cambios profundos en varios ámbitos de la norma para transformar a la autoridad electoral local en un vigilante potente y coactivo dentro de las nuevas circunstancias de la competencia electoral nacional. También habría que replantear el convenio de colaboración del IEEG con el IFE, y aportar las potencialidades locales para contribuir en la vigilancia de los actores de las campañas. La reforma electoral federal obliga a esa colaboración, y la penalidad sería quedarse sin acceso a los medios de comunicación masiva. Pero será difícil hacerlo si mantenemos la absurda actitud “soberanista” que con frecuencia exhiben, demagógicamente, nuestros políticos locales. Hay ciertas materias donde conviene un fuerte nivel de coordinación y planeación centralizada, y una de ellas es la electoral, donde no nos podemos dar el lujo de propiciar desniveles y diferencias regionales en el desarrollo de los procesos comiciales, ya que así estaríamos llevando a la democracia a su perdición.