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viernes, 15 de octubre de 2010

Operativo FIC en pro de la Bufa

Operativo FIC en pro de la Bufa

Publicado en Milenio de León.

Dio inicio este miércoles la 38 edición del Festival Internacional Cervantino en la ciudad de Guanajuato. Inició con gran dignidad mediante una vivaz presentación en la Alhóndiga, con grupos de música y baile popular de Chile, Argentina y Colombia, los países invitados de honor. Hacía algunos años que no acudía yo a una inauguración, pues suelo evadir las multitudes, pero en esta ocasión me motivó el deseo de participar en una más de las movilizaciones que han organizado los grupos sociales que se oponen al proyecto absurdo de urbanizar las lomas y cañadas vecinas de las montañas emblemáticas de La Bufa y Los Picachos.
Nos hemos organizado en docenas de brigadas que se ocupan de difundir información sobre los enormes riesgos que conlleva la especulación de particulares sobre las limitadas áreas de preservación ecológica con que cuenta el municipio capital del estado. Más de una treintena de miembros de “Guanajuato somos todos”, “Rescatemos los Picachos”, “Los Perafanes” y ciudadanos independientes nos dimos cita en la explanada antes de comenzar la representación, armados con armas terribles y poderosas: enormes globos que lanzamos sobre la eufórica multitud, que jugó feliz con esas esferas de hule blanco hasta que finalmente se reventaron, lanzando al aire centenares de papeletas invitando a votar por el NO en el plebiscito del 5 de diciembre. No al cambio de uso de suelo en Granja La Bufa.

Luego procedimos a la segunda fase de nuestro artero ataque contra la arbitrariedad de la autoridad municipal, aliada del constructor interesado en perpetrar el asalto contra La Bufa. Recorrimos las tribunas repletas de gente, provistos con una gran manta que mostraba una fotografía del enorme letrero, a la manera del de Hollywood, que el artista Ivan Puig montó en 2008 en el área a afectarse: la palabra “Patrimonio” sobre un fondo natural adornado por La Bufa. Provocamos alaridos de apoyo, aplausos y muchas, muchas felicitaciones que nos expresaron ciudadanos locales y foráneos. Muchos turistas nos preguntaban, con gran interés sobre nuestra lucha. Todos tenían ejemplos de agresiones similares en sus lugares de origen. Compartimos indignación y promesas de solidaridad mutua.

Pasamos a la tercera fase. Nos enfundamos en tremebundas camisetas negras, cada una de ellas desplegando una de las letras de la siguiente frase, que sintetiza nuestra lucha: “Salvemos La Bufa”. La desplegamos frente al auditorio y comenzamos a corear consignas, que inmediatamente fueron retomadas por la multitud: “La Bufa no se vende”, “Ni casas ni hoteles, en las faldas de La Bufa”, “Queremos la Bufa, así como está”, “Diciembre cinco, vota no", y otras que surgieron de la inspiración de los compañeros. Detrás de cada consigna se desataban los aplausos de un público que se mostró muy receptivo, interesado y solidario. Miles de ojos y oídos locales y fuereños se enfocaron sobre nosotros, y pudimos lanzar un mensaje contundente: no aceptamos la depredación abusiva del medio ambiente natural de nuestras montañas, sólo para conchabar negocios privados de orígenes oscuros, que abusaron del acceso a información privilegiada. Viejo cuento mexicano éste, que se repite en muchas ciudades del país, víctimas de la especulación urbana y la connivencia del poder. León, por ejemplo, tiene mucho que decir sobre esto.
Vean la evidencia del apoyo que recibimos de los tres mil asistentes a la inauguración del XXXVIII FIC: ¡Queremos la Bufa así como está!"

Al dar inicio la gala, cumplimos con la promesa que les hicimos a los espectadores y a la propia policía estatal: nos sentamos, nos callamos y nos unimos al goce general. Nunca quisimos alterar el orden -bueno, sólo un poquito- ni boicotear el desarrollo del evento artístico. Hicimos uso de nuestro derecho a expresar nuestra opinión y comunicarnos con nuestros conciudadanos, siempre de forma respetuosa y alegre. Así deben ser las manifestaciones públicas de protesta, y creo que nuestros grupos han dado ejemplo de civilidad, sin ceder un ápice en nuestras exigencias. Lo cortés no quita lo valiente.
Ojalá esta actitud de respeto se reprodujera en la autoridad y en el particular interesado. Ya comenzaron una campaña de “información” parcial y chanchullera dirigida hacia los sectores más vulnerables de la población del municipio, a quienes quieren convencer con el único y débil argumento de la creación de empleos. Paralelamente están desplegando una campaña sucia que nos descalifica e insulta. En un par de días han aparecido en barrios y colonias populares cientos de papeletas signadas por un fantasmal grupo “Colonias unidas”, donde se nos acusa de mentirosos, “ricos” y opuestos a la inversión y al “desarrollo social”. Incluso se ataca a mi persona con una rotunda mentira: que yo afirmé que el proyecto sólo generaría “empleos para chachas”. Lo que yo afirmé en una entrevista fue que los empleos que se podrían generar serían sobre todo en el sector informal y en los servicios municipales. Las trabajadoras domésticas forman parte, desgraciadamente, del primero.

Ya comenzaron, por ambas partes, los actos dirigidos a convencer a nuestros vecinos sobre el sentido de su voto. Nosotros lo hacemos como simples ciudadanos, con nuestros recursos particulares. Los partidarios del sí cuentan con el apoyo soterrado de un ayuntamiento que vendió su alma al diablo, y con el de un adinerado constructor, que busca hacer el negocio de su vida cuando comercialice el metro cuadrado a mil o dos mil pesos luego de haber pagado por la misma superficie un peso con 30 centavos. Las ventajas del cobro de facturas políticas, y tal vez económicas.


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