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viernes, 1 de julio de 2011

Salud universitaria

Salud universitaria



Publicado en Milenio de León y en 15Diario.

Una de las mejores prestaciones que gozamos los trabajadores de la Universidad de Guanajuato es la denominada Red Médica, que provee de servicios de salud a 12 mil derechohabientes.
Desgraciadamente hoy pasa por una crisis que pone en riesgo su viabilidad financiera, al mostrar un déficit que se eleva ya a 50 millones de pesos anuales. Desde su origen el 12 de septiembre de 1996, la red se propuso “ofrecer a la comunidad universitaria y a sus beneficiarios atención médica con oportunidad, eficiencia, calidad y calidez.” En mi opinión el esquema ha logrado su misión, y es evidente la satisfacción de la mayor parte de sus usuarios, como se ha mostrado en los foros que la UG ha organizado en diferentes espacios universitarios, donde se ha discutido intensamente la problemática y sus posibles soluciones.
La UG se ha comprometido con la sociedad guanajuatense en impulsar un intenso crecimiento en su matrícula y sus servicios educativos, de investigación y de extensión. Para ello ha requerido ampliar su base de infraestructura física y también su capital humano, es decir, sus trabajadores docentes y de apoyo. Entre 2003 y 2011 su personal con derecho a los servicios de la Red Médica ha crecido en 58.3%, al pasar de 3 mil 244 titulares a 5 mil 140. Cada titular representa una o más derechohabiencias, dependiendo de su situación familiar. Curiosamente los derechohabientes sólo se han incrementado de 10 mil 186 a 11 mil 910, un 16.9% de crecimiento en ese mismo periodo. Sin embargo, el déficit financiero se ha disparado en un 43.5% en los últimos cinco años.

La institución está planteando resolver el problema mediante varias medidas paralelas: incrementar las aportaciones por parte de los trabajadores, que hoy día varían entre el 1% y el 4%, según su situación laboral o su aporte voluntario, a un 5% parejo sobre el sueldo base (los trabajadores dentro del esquema IMSS aportan 3.9%, pero sobre la totalidad de su ingreso), lo que representaría un ingreso de 13.2 millones para la Red. Además habría un aporte del gobierno federal por casi 16 millones, ya comprometido con la institución. Pero también se propone el cobro de un deducible a los usuarios a partir de la cuarta consulta médica de primer contacto al año, pues se ha detectado que hay abusos en este ámbito: casi la mitad de las familias utilizan el servicio más de diez veces al año y una cuarta parte de los derechohabientes en lo individual solicita el servicio más de diez veces. Se dice que el estándar de atención médica ideal es de tres consultas al año por persona. ¿Realmente seremos tan enfermizos los universitarios?

Actualmente existe un tope a los deducibles por concepto de consultas y medicamentos. Ese tope se podría relativizar según la situación de cada usuario y familia, a fin de evitar más abusos, pues se tienen detectadas conductas atípicas en la cantidad y tipo de medicación, lo que redunda en que casi la mitad (43%) de los gastos totales de la Red se dediquen a este rubro. También se piensa explorar alternativas como el uso de genéricos, la apertura de farmacias propias, la adopción de un cuadro básico de medicamentos, etcétera.
Sobre el asunto se han dejado oír voces que van desde el rechazo tajante a cualquier intento de aumentar la aportación de los trabajadores –o que me parece suicida e irresponsable- hasta los que estamos de acuerdo en emprender acciones de corrección de abusos –tanto de usuarios como de autoridades- y la exploración de medidas que nos permitan sanear la Red, incluyendo el incremento del aporte salarial y la reducción de deducibles. Sin duda los usuarios que hemos recibido grandes beneficios de la Red somos los primeros en ofrecer nuestro apoyo al salvamento de esta prestación tan bondadosa. Creo que es tiempo de que la comunidad universitaria construya con responsabilidad opciones viables para el futuro, y que las infaltables mezquindades sean hechas a un lado.


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