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viernes, 4 de noviembre de 2011

La Bufa, de nuevo

La Bufa, de nuevo

Por: © Luis Miguel Rionda ©

Publicado en Milenio de León.
 Publicado en 15Diario.

El sensible tema de la presunta urbanización del enorme predio denominado “Granja La Bufa” en el municipio de Guanajuato volvió a ser debatido en la sociedad local desde que el 25 de octubre pasado se constituyó la “Fundación Ing. Salvador Rodríguez Neri A.C.”, bajo la presidencia del nieto de este prohombre del árbol, el también ingeniero Rubén Rodríguez Nieto. La fundación estableció un consejo ciudadano que estará al cargo de la vigilancia de una “servidumbre ecológica” que la familia Rodríguez Nieto decidió otorgar sobre una superficie de casi 160 hectáreas en una poligonal que abarca el predio uno de “Granja La Bufa”, donde se ubican los emblemáticos cerros de La Bufa y Los Picachos. En el sitio electrónico de la agrupación “Rescatando Los Picachos” se encuentran los detalles de los objetivos sociales de la asociación, sus miembros y una ortofotografía de la poligonal involucrada en la servidumbre.

Los objetivos de la naciente fundación son loables y totalmente bienvenidos como uno más de los esfuerzos necesarios para preservar una zona que actualmente tiene definido un uso de suelo de preservación ecológica, con una enorme importancia cultural e histórica para nuestra comunidad, y que últimamente ha estado en la mira de los especuladores urbanos, que quieren beneficiarse de la reciente construcción del nuevo acceso Diego Rivera. Ojalá los otros dueños de Granja La Bufa siguieran el mismo camino de esta familia guanajuatense, y otorgaran al menos la misma servidumbre ecológica sobre sus terrenos.

Desgraciadamente causó mucha suspicacia al saberse que la propia familia Rodríguez Nieto posee otra superficie, de alrededor de 70 hectáreas, sobre las que ya existe un cambio de uso de suelo a categoría H0, que es la densidad urbana más baja que prevé la ley. La lectura inmediata que muchos hicimos fue que podría existir una intención soterrada de intercambiar la servidumbre ecológica sobre los cerros, por el reconocimiento de este nuevo uso de suelo en el terreno alterno, con lo que se abría la puerta a una eventual urbanización, con base en presuntos derechos adquiridos. Esto podría desencadenar que el resto de los propietarios, incluida la constructora Azacán, demandaran un trato similar para sus respectivas superficies.

  Los actores políticos y los medios de comunicación que más atacaron al movimiento social que surgió para impedir la urbanización de los bajos de La Bufa se relamieron los belfos, y volvieron a lanzar sus improperios contra los grupos más visibles, en particular contra la asociación Guanajuato Somos Todos (GST), responsable de las movilizaciones más nutridas y efectivas contra el proyecto urbanizador. Se quiso evidenciar la “incongruencia” que exhibía GST al haber participado algunos de sus miembros más visibles en el nuevo consejo ciudadano de la fundación. Los ataques llegaron incluso hasta la burla y la descalificación personales.

GST emprendió una labor de información hacia la sociedad guanajuateña. El sábado 29 participamos en espacios informativos de las tres estaciones principales de la localidad –dos canales de TV y una radiodifusora- para exponer nuestra posición formal como asociación comprometida con el cuidado y preservación de nuestro municipio. Dejamos claro que le damos la bienvenida a la nueva fundación y a su iniciativa voluntaria, pero subrayamos que no aceptaremos nunca que en la zona se permita un desarrollo urbano cualquiera, pues éste sería el gatillo que dispararía la especulación. Insistimos en la urgencia de contar con programas de ordenamiento territorial y ecológico actualizados, consensuados y autorizados, que mantengan el actual uso de suelo de preservación ecológica, y que la autoridad y la ciudadanía los respeten. Seguiremos buscando, entre otros fines, la declaratoria de área natural protegida de carácter federal sobre una amplia poligonal a definir por parte de los expertos, y que el crecimiento urbano se oriente hacia superficies con una clara sustentabilidad de mediano y largo plazos.

  El jueves pasado sostuvimos un diálogo enriquecedor con el ingeniero Rubén Rodríguez Nieto, presidente de la fundación. Él nos reiteró el compromiso de su familia con la preservación de esos cerros y cañadas que tanto cuidó su abuelo. Aseguró que no se tiene intención alguna de urbanizar sus propiedades. Ellos también fueron víctimas de las interpretaciones mal intencionadas. Le ofrecimos nuestro apoyo para la consecución de los fines comunes, pero también le dejamos claro que nos mantendremos vigilantes de lo que pueda presentarse en el futuro.

  Bienvenidas son siempre estas iniciativas que parten de la sociedad civil, y que buscan el beneficio del común con base en la buena voluntad.

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