En el México autoritario previo a la transición democrática de los noventa, las universidades públicas y privadas del país eran, en general, cotos de partidos y movimientos políticos tanto oficialistas como de derecha e izquierda. Los caciquismos académicos imponían el respectivo tinte a favor de la opción política que conviniera a los intereses del Rector o cabecilla en turno. La militancia era la característica más o menos general de las instituciones de educación superior. Incluso la Universidad de Guanajuato no era ajena a este tipo de situaciones, ya que por su carácter de institución no autónoma, que le hacía formar parte del organigrama del gobierno estatal, era inevitable que se tiñese de los colores políticos del partido oficial. No es desconocido que las camarillas políticas locales vinculadas al oficialismo se estructuraban en las aulas universitarias, particularmente en la Facultad de Derecho. Por ello era imposible pensar en que se estableciera un diálogo político plural y crítico, que se abriera al resto de las opciones políticas, es decir a la oposición.
Esta situación comenzó a cambiar a inicios de los noventa, gracias a la alternancia en el gobierno de la entidad. Pero fue a partir de la autonomía que se le otorgó a la universidad en 1994 que la institución adoptaría una posición abierta y madura en su interacción con los agentes políticos, en particular con los partidos políticos y sus candidatos a puestos de elección popular. Sin embargo en un principio no existió claridad en la política institucional para recibir a estos candidatos dentro de los espacios universitarios. En buena medida dependía de la buena voluntad del Rector, pues no existía una política institucional.
Esto cambió sustancialmente cuando en enero del 2000 el rector Cuauhtémoc Ojeda convocó a un grupo de profesores para elaborar lineamientos que explicitaran esa política con relación a la presentación de candidatos a puestos de elección popular. Pronto se emitió un documento regulador al que se debería sujetar cualquier comparecencia de esos aspirantes, buscando siempre garantizar la equidad, el respeto y el debate informado de las ideas y las propuestas programáticas. La Universidad reiteraba así su vocación como ámbito natural para el debate político y la libre discusión sobre las diferentes alternativas que representan las opciones partidistas. La institución abría sus puertas al análisis de su entorno político y social, pero de forma ordenada e imparcial, cuidando de cumplir con su función social manifestada en el artículo 4º de su ley orgánica, que la define como “un espacio abierto a la libre discusión de las ideas, donde se busca la formación integral del hombre y la verdad, para la construcción de una sociedad democrática, justa y libre con sentido humanista y conciencia social”. Se reconocía así como una institución eminentemente política, en el sentido de que propicia la construcción de acuerdos sociales mediante el debate ordenado y sistemático de las diferentes opciones al alcance del ciudadano.
El actual rector, Arturo Lara López, ha retomado este compromiso y dispuso la integración de una Comisión que regulara la recepción de candidatos que deseen sostener encuentros con la comunidad universitaria. Se integró con tres profesores (los maestros Genaro Martell Ávila, Santiago López Acosta y el suscrito), tres estudiantes (Sara Mayteth Mata Sánchez, Omar Castillo Sabanero y Ernesto Soto Rangel) y el director de Desarrollo Estudiantil, Héctor Corona León. Se trabajó en la definición de una estrategia que garantice equidad y respeto, así como un calendario que no interfiera con las actividades regulares de la institución. Se han enviado invitaciones formales a los candidatos presidenciales y a los Comités Ejecutivos Nacionales de los partidos para programar sus posibles comparecencias. Cuando existan candidatos registrados a gobernador, diputados y ayuntamientos se les girará la misma atención. La idea es que la comunidad pueda tener encuentros de calidad con esos aspirantes, sin la propaganda usual de este tipo de competencia, de tal forma que se contribuya a formar la cultura política que tanto requiere nuestra sociedad. Ojalá que los partidos y sus candidatos se comporten a la altura que exige el ejercicio responsable del diálogo informado con una comunidad que seguramente les demandará más que simples eslogans o promesas demagógicas. Por eso cruzo los dedos.
Artículos de coyuntura publicados por Luis Miguel Rionda Ramírez en medios impresos o electrónicos mexicanos.
Antropólogo social. Profesor titular de la Universidad de Guanajuato y de posgrado en la Universidad DeLaSalle Bajío, México. Exconsejero electoral en el INE y el IEEG.
¡Los comentarios son bienvenidos!
Etiquetas
4T
Aborto
Academia
Agua
Alteridades
América Latina
AMLO
Antropologia social
Bicentenario
Campañas electorales
Candidatos independientes
Catolicismo
Ciencia política
Ciencia y Tecnología
Ciencias Sociales
Ciudad de Guanajuato
Ciudadanía
Conacyt
Conmemoraciones
Corrupción
Covid19
Coyuntura
Cuba
Cultura
Cultura política
Cultura popular y tradiciones
Delincuencia organizada
Democracia
Democracia participativa
Deporte
Derechos humanos
Derechos políticos
Desarrollo regional
Desarrollo social
Desastres naturales
Ecología
Educacion
Educacion superior
Elecciones
Estado de Guanajuato
Estudiantes
Ética
EUA
Familia
Federalismo
Función pública
Globalización
Gobernadores
Gobernanza
Gobierno federal
Guanajuato
Historia política
Historiografía
Homosexualidad
Identidad cultural
IEEG
IFE
IGECIP
impuestos
Indigenas y pueblos originarios
INE
Intolerancia
Izquierda
Juventud
La Radio
Lengua y lenguaje
León
Libros
Medio ambiente
Medios de comunicación
Memoria
México
Migración
Momias de Guanajuato
Mujeres y feminismo
Mundo
Municipios
Nacionalismo
Nuevas TIC
OPLEs
Organismos autónomos
Partidos políticos
Patrimonio
PEMEX
Personajes
Población
Poder judicial
Poder legislativo
Politica internacional
Posmodernidad
Redes sociales
Reforma electoral
Salamanca
Salud pública
Seguridad pública
Seguridad social
SEP
Sindicalismo
Socialismo
Sociedad civil
SOMEE
Terrorismo
Tribunal electoral PJF
UNAM
Universidad de Guanajuato
violencia política
Violencia social
Yo y mi circunstancia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario