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viernes, 8 de junio de 2007

La PGR, al fin…

El día de antier asistí a una sesión extraordinaria del comité estatal del Consejo de Participación Ciudadana de la PGR, con el fin principal de dar la bienvenida y conocer al recién llegado delegado de esa procuraduría, el licenciado Martín Levario Reyes. Como bien declaró nuestro presidente Iván Omar Plascencia, en nota de Rafael Zamora ayer en Correo, la reunión fue muy satisfactoria para la docena de consejeros presentes. Acostumbrados como estábamos a los desencuentros con la institución, fue muy estimulante descubrir una suave interlocución con una persona sencilla y abierta, que proyecta buenas intenciones y una evidente experiencia en su área. Sin duda fue un intercambio de ideas muy productivo, y nos devolvió las ganas de seguir dedicándole nuestro tiempo y recursos -la PGR no nos proporciona ningún apoyo o pago por nuestra labor- a una actividad que en los últimos dos años ha sido cuesta arriba, al punto de haber pensado en renuncias masivas unos meses ha.
Esperemos que esta renovación en los mandos locales de la fiscalía federal contribuya a mejorar los vínculos y la efectividad de las corporaciones de los tres órdenes de gobierno que procuran por nuestra seguridad y por el respeto a la ley. En nuestro comité somos optimistas, pero sin duda sin ingenuidades pues la tarea se antoja difícil dentro de una institución que ha evidenciado públicamente muchos problemas de efectividad, honestidad y confiabilidad. Es cierto que Guanajuato todavía no es un “foco rojo” en incidencia de delitos federales o de “alto impacto”, pero yo estoy convencido de que hay una tendencia a que esto cambie eventualmente. Por eso hay que mantenerse atento, y como ciudadanos vigilar que las autoridades no se duerman o minimicen los problemas; siempre será más conveniente para los burócratas y para los políticos suavizar la realidad y vendernos las cuentas de vidrio de la “pax guanajuatensis”.
Dentro de la sesión dedicamos una hora a participar en una videoconferencia con el Consejo Nacional y el resto de los comités estatales. La charla del día estuvo a cargo del coordinador de asesores de la PGR, Humberto Castillejos Hernández, joven abogado egresado de la UIA, vinculado con la PGR desde tiempos del general Macedo -según investigué en internet-; él nos expuso el paquete de iniciativas que presentará el presidente de la República al poder legislativo para mejorar nuestro sistema de seguridad y procuración de justicia. Varias medidas interesantes, pocas de ellas novedosas, pero hubo una que nos llamó la atención, por sus posibles implicaciones: la emisión de un solo código penal para toda la república. Nuestro presidente Iván Omar no pudo dejar de cuestionar al expositor sobre la viabilidad y conveniencia política de esta medida, dados los acendrados sentimientos federalistas que han florecido en las entidades del país. Según explicó el asesor de la PGR, las bondades de esta medida superan con mucho los escollos que podría encontrar, ya que de esta manera las autoridades judiciales contarían con un instrumento único para combatir más eficazmente los delitos del orden penal, evitando la multitud de recovecos que hoy día benefician a los delincuentes y trasgresores. Todo bien, sólo que uno de los ejemplos que empleó fue bastante inoportuno, por las interpretaciones a que puede dar lugar: la penalización del aborto. Con un solo código penal, las entidades y sus legislativos se verían impedidos de aprobar disposiciones como la que tomó recientemente la asamblea de representantes del DF, que despenalizó el aborto hasta la semana 12 de gestación. Con un solo código quedaría en manos del legislativo federal normar sobre esa materia. Creo yo que con sólo mencionar esta posibilidad muchas entidades, sobre todo el DF, se opondrán vehementemente a ceder esta porción de su soberanía, incluso para una causa tan necesaria como la del combate a la delincuencia. Es una idea con poco futuro.
En fin, tuvimos una sesión muy a gusto con el delegado, con “cinito” incluido y alardes tecnológicos de la PGR. Hubo buen humor, incluso bromas, y las inefables promesas de confianza mutua. Ojalá no sea flor de un día. Vienen a mis recuerdos algunos delegados federales que me ha tocado tratar antes -de la propia PGR, de la SeGob, del IFE, ISSSTE y otros- que han llegado cubiertos con piel de oveja y pronto muestran el colmillo del lobo… o las orejas de burro. Pero de seguro éste no será el caso (deditos cruzados).

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