Primera: penas ajenas
El interminable debate sobre la reforma energética está tensando inútilmente las relaciones poco cortesanas de los rijosos actores políticos nacionales. En lo personal, ya me agotaron tantas comparecencias, que como manda religiosa me propuse presenciar en el canal del congreso, con desvelada y todo. Tirios y troyanos cayeron en la reiteración de las mismas y pocas ideas. Poquísimos aportan algo nuevo. En realidad lo que estamos presenciando son desplantes personales de menores o mayores habilidades histriónicas, pero con poquísimo contenido. Algunos incluso dan pena ajena, pues parece que fueron enviados por supremos jefes al suplicio. Así me pareció al menos con Claudia Scheinbaum, a quien se le encomendó exponer la propuesta del “presidente legítimo” en su carácter de “secretaria del Patrimonio Nacional”. No podía estar más tensa e incómoda, lo que no ayudó mucho a que su mensaje tuviese más contundencia. La defensa del petróleo merece mejores formas de argumentar, no las del simplismo ideológico de los años cincuenta. No hay nada peor que dirigirse al auditorio en el tono regañón y perdona vidas del poseedor de la verdad última.
Pero francamente la comparecencia que más me impactó fue la de nuestro gobernador. Debo explicarme: primero, todavía no entiendo a qué fue. No somos un estado “petrolero”, pues aunque tengamos una de las seis refinerías del país, ésta ha dejado de pesar en la economía regional lo que pesó en los años cincuenta y sesenta. Tampoco tenemos una cultura petrolera, ni una clase obrera vinculada al petróleo, excepto en Salamanca, y de forma decreciente. Me parece muy forzado inscribirse en el club de las entidades petroleras; pero en fin, nuestro ejecutivo percibió la oportunidad de apersonarse en un debate que está convocando la atención nacional, al menos en su fase inicial –porque pronto ni quién haga caso de los debates televisados , y se lanzó al ruedo, y nada menos que partiendo lanzas con Marcelo Ebrard, quien también traía su propia música con tonos de fanfarria al anunciar su consulta pública sobre el tema. Dos estilos encontrados, y el contraste fue brutal. Para colmo se sentaron codo a codo.
Segundo: fue evidente que los gobernadores “petroleros” exhibieron, más que ideas, sus particulares y limitadas prioridades parroquiales. Ninguno mostró altura de miras. El gobernador guanajuatense sostuvo una alocución que me pareció excesiva en información, pretenciosa por lo mismo, y colmada por los giros de la vieja oratoria del priísmo jilguero de los años cuarenta. No le hallé el hijo a la madeja, sinceramente. ¿Para qué tanta soflama? Si al final se produjo el parto de los montes cuando solicitó “que una parte significativa de la riqueza de Pemex se quede en los estados”, y que sería bueno crear “un Fondo para el Desarrollo Regional y de la Competitividad”. Me recordó el simpático “Passo de Las Aceitunas” de Lope de Rueda, cuando doña Águeda de Toruégano le hacía cuentas alegres a su marido Torivio, campesino que recién había sembrado unos olivos, sobre el uso de los dineros que les darían las aceitunas a cosecharse muchos años después.
Pero lo peor vendría cuando comenzó el “debate” con el carnal Marcelo. Me pareció triste el papel de “golpeador a sueldo” que aparentó cumplir nuestro gobernador. Sus dotes para la argumentación se vieron exhibidas cuando leyó innumerables tarjetas que sus amanuenses le prepararon para enfrentar cualquier perorata del rival. Y de la lectura de esas fichas de cartón se desprendió el acartonamiento de sus amonestaciones. Pobre debate, pobre discurso. Mejor no ir a donde no se tiene nada que decir.
Segunda: el IFE y los guanajuatenses
Posiblemente hoy viernes la nota del día sea el nombramiento de Edmundo Jacobo Molina como nuevo secretario ejecutivo del Instituto Federal Electoral, el segundo puesto en importancia en ese organismo, pero el primero por su función ejecutiva. Viene a sustituir a Manuel López Vernal, quien había renunciado desde el 13 de marzo.
Lo que a los guanajuatenses nos debe llamar la atención es el hecho de que Edmundo Jacobo es un guanajuatense adoptivo, ya que aunque nativo (1955) de Sonora, estudió la licenciatura en Filosofía en la Universidad de Guanajuato. Luego fue profesor de la misma escuela donde estudió, desde donde participó y lideró el Sindicato Independiente de Trabajadores de la UG, el célebre SITUG. Ese sindicato desató en junio de 1977 la única huelga verdadera que ha existido en esta casa de estudios, movimiento que fue nulificado y reprimido por el gobierno de Luis H. Ducoing. Entre los numerosos despidos de trabajadores destacó el de Edmundo Jacobo, quien se fue a seguir organizando sindicatos universitarios a Baja California. Luego se mudó al DF y a la UAM, donde llegó a ser Rector de la unidad Azcapotzalco, secretario general y un serio aspirante a su rectoría general. De ahí brincó al Instituto Mexicano del Petróleo, donde se desempeña hoy como director de capacitación. Si se confirma su nombramiento –que se puede caer por su falta de experiencia electoral , sustituye a otro guanajuatense, Manuel López Vernal, quien también estudió en nuestra universidad, pero la carrera de derecho.
Y si recordamos que Leonardo Valdés, el consejero presidente, es vecino de León desde 2005, y profesor de la UG desde ese mismo año, podemos preguntarnos si los guanajuatenses se buscan… o es mera coincidencia. En todo caso, felicidades a Edmundo.
Artículos de coyuntura publicados por Luis Miguel Rionda Ramírez en medios impresos o electrónicos mexicanos.
Antropólogo social. Profesor titular de la Universidad de Guanajuato y de posgrado en la Universidad DeLaSalle Bajío, México. Exconsejero electoral en el INE y el IEEG.
¡Los comentarios son bienvenidos!
Etiquetas
4T
Aborto
Academia
Agua
Alteridades
América Latina
AMLO
Antropologia social
Bicentenario
Campañas electorales
Candidatos independientes
Catolicismo
Ciencia política
Ciencia y Tecnología
Ciencias Sociales
Ciudad de Guanajuato
Ciudadanía
Conacyt
Conmemoraciones
Corrupción
Covid19
Coyuntura
Cuba
Cultura
Cultura política
Cultura popular y tradiciones
Delincuencia organizada
Democracia
Democracia participativa
Deporte
Derechos humanos
Derechos políticos
Desarrollo regional
Desarrollo social
Desastres naturales
Ecología
Educacion
Educacion superior
Elecciones
Estado de Guanajuato
Estudiantes
Ética
EUA
Familia
Federalismo
Función pública
Globalización
Gobernadores
Gobernanza
Gobierno federal
Guanajuato
Historia política
Historiografía
Homosexualidad
Identidad cultural
IEEG
IFE
IGECIP
impuestos
Indigenas y pueblos originarios
INE
Intolerancia
Izquierda
Juventud
La Radio
Lengua y lenguaje
León
Libros
Medio ambiente
Medios de comunicación
Memoria
México
Migración
Momias de Guanajuato
Mujeres y feminismo
Mundo
Municipios
Nacionalismo
Nuevas TIC
OPLEs
Organismos autónomos
Partidos políticos
Patrimonio
PEMEX
Personajes
Población
Poder judicial
Poder legislativo
Politica internacional
Posmodernidad
Redes sociales
Reforma electoral
Salamanca
Salud pública
Seguridad pública
Seguridad social
SEP
Sindicalismo
Socialismo
Sociedad civil
SOMEE
Terrorismo
Tribunal electoral PJF
UNAM
Universidad de Guanajuato
violencia política
Violencia social
Yo y mi circunstancia
1 comentario:
Dr. Rionda, mi nombre es Antonio Bujaidar Buhaya, soy Abogado y vivo en Cd. Jiménez, Chih. y tuve la suerte, al igual que tu, de pertenecer al teatro universitario de Gto. durante los años de 1972-a 1977 y cuando leí tu curriculum vitae me quede soprprendido de tu erudición en tantas areas, me gustaria que en alguno de tus comentarios, semejantes a los de Antonio Corona Chavez(q.p.d.)mencionaras a algunos de quienes tuvimos la suerte de ser parte de la creación del Festival Cervantino, tu servidor hice el papel del "Soldado de la guarda cuidadosa", del "corregidor" en retablillo y de "Sancho Panza en la Insula Barataria" en Las Estampas del Quijote. Saludos a mis contemporaneos y a ti mis felicitaciones sinceras. "Y la vida se fue, adios gracias, adios donaires, adios regocijados amigos..............". AMIGOBUJIAS@hotmail.com
Publicar un comentario