Artículos de coyuntura publicados por Luis Miguel Rionda Ramírez en medios impresos o electrónicos mexicanos.
Antropólogo social. Profesor titular de la Universidad de Guanajuato y de posgrado en la Universidad DeLaSalle Bajío, México. Exconsejero electoral en el INE y el IEEG.
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martes, 2 de junio de 2009
Votar o no votar
El miércoles pasado, durante el programa televisivo “Tercer grado” que se trasmite por el engreído “Canal de las estrellas” de Televisa, escuché pasmado cómo algunos de los “líderes de opinión” participantes –Ciro Gomez Leyva, Carlos Loret de Mola, Carlos Marín y Lopez Dóriga manifestaban campechana e irresponsable que en las próximas elecciones no piensan acudir a votar, o bien que van a anular su voto. Los lectores con acceso a internet pueden ver la sección del programa aquí.
No puedo entender cómo un grupo de periodistas que detentan la audiencia más importante del país gracias al poder de penetración del quasi monopolio televisivo, abusen del poder de la escucha pasiva por parte de millones de votantes, para manifestar sin ambages y sin medir las consecuencias de sus dichos, sus decisiones particulares, privadísimas, pero que por el efecto multiplicador del medio con más penetración del país tendrán un efecto de imitación por la carencia de información, formación política y nivel educativo que padecen la mayoría de los mexicanos.
Miles de millones de pesos, millones de anuncios en radio y TV, miles de horas de capacitación de funcionarios electorales, millones de horas-hombre de esfuerzo del personal del IFE y de los institutos electorales involucrados, se pueden ir al drenaje de la indiferencia por culpa de estos opinadores sin escrúpulos.
El acceso a los medios, como en mi caso y como el de todos los que participamos en la “opinión publicada”, requiere de un mínimo de responsabilidad ante los dichos y opiniones divulgados. No es lo mismo que Ciro, Marín o Loret publiquen sus libres opiniones sobre su actuación electoral en sus columnas periodísticas, como también lo hace José Antonio Crespo, Sergio Aguayo y otros opinadores opuestos a la participación, que aparecer ante una pantalla que es atendida por millones de espectadores, la mayoría de los cuales tienen una definición difusa sobre su comportamiento electoral. Es inevitable tener sospechas cuando la empresa que subsidia el espacio de opinión ha sostenido una lucha soterrada contra la reforma electoral y la eliminación de la publicidad electoral pagada en los medios electrónicos. Les pegaron fuerte en el bolsillo reaccionan como ellos acostumbran: descalificando, boicoteando y denunciando la reforma como ataque a la libertad de expresión.
Dijo Marín sobre la posibilidad de acudir a votar el 5 de julio: “ojalá me anime el mero día”. Qué poca.
Si el abstencionismo y la anulación de votos se convierten en la constante de esta elección, las consecuencias serán muy graves. Se podría propiciar que los representantes de los partidos demandaran sistemáticamente la apertura de los paquetes electorales y la repetición del escrutinio y cómputo dentro del breve tiempo con que se cuenta en los distritos. Todos tendrían argumentos para exigir la reposición del procedimiento, ya que nadie podrá interpretar adecuadamente el mensaje de la abstención y la anulación. Hay que pensarlo bien, y no dejarse llevar por los curros de la pantalla.
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4 comentarios:
Es indiscutible que los comentarios de "pensar" la posibilidad de ir a votar es totalmente irresponsable por parte de los comunicadores de ese programa que afortunadamente no acostumbro a ver.
Siempre he pensado que la mejor forma de mostrar mi inconformidad cuando una administración no lleva una buena conducción es votando por otra opción y no anulando mi voto o lo que es peor engrosando la estadistica de abstencionismo.
Gracias por tus comentarios Francisco!
Me alegra que coincidamos en lo referente a estos dizque "líderes de opinión", que sólo trasmiten las visiones interesadas de sus patrones. Luis.
Maestro
Fui su alumno en la Maestría de Comunicación Social y Política en la Salle, gusto leerlo.
Sobre su post, precisamente pensaba cuantos ciudadanos que tienen credencial para votar han desechado por completo el derecho y obligación de hacerlo para dedicarlo al voto blanco, es decir, si estas personas, ( habrá quien , estudiado y reflexionado, tomo esa decisión " razonada" )pero una gran mayoría ,que hará cosa de 2 meses tenían la idea de votar, ahora no lo harán, pero no por un análisis profundo y reflexivo de las opciones y plataformas disponibles, si no por seguir una tendencia que dicta el "mercado" o unos cuantos.
A que grado de " borregues" ( la idea es esa) hemos llegado, entonces, si se vota en blanco, ¿no es castigarnos nosotros mismos por años y años de desdén y decidía a la política y sus instituciones? ¿ a quien podremos reclamar, si no es que al voto en blanco, cuando las cosas no vayan como debieran ser, no como esperamos?
Por supuesto, nos faltan años luz para entender y aceptar una democracia, pero ¿no son estas acciones las que nos regresan, las que nos impiden avanzar?
Saludos cordiales
Felipe Reyes Barragan
Gracias Felipe!
Por supuesto que te recuerdo bien. Me alegra seguir en contacto, y te agradezco el tiempo que dedicas a leerme y hacer algún comentario. Estoy como siempre a tus órdenes en el Campus león de la UG.
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